Como respuesta a los atentados ocurridos el pasado
viernes 13 en París, el presidente de Francia, François Hollande, aseguró
hoy que su país va a intensificar su bombardeos contra el Estado Islámico en
Siria y a escoger los objetivos "que hagan el mayor daño posible" a
esa organización terrorista (EFE)
Estas acciones solo demuestran la grave crisis en
que estamos inmersos actualmente. En mi opinión, esto solo masifica el daño,
puesto que por más rigor que se ponga en la selección de estos objetivos, miles
de vidas inocentes se perderán como consecuencia.
El periódico digital ABC Internacional expone que
el bombardeo francés sobre Raqqa, ocurrido el 15 de noviembre ha sacudió
toda la ciudad, tras el que el grupo de activistas llamado “Raqqa está
siendo masacrada en silencio” (RBSS, en inglés) informó que esta ofensiva provocó el pánico de la
población civil, muchos sometidos contra su voluntad por los radicales.
Si bien es cierto que hay que tomar medidas en contra de
aquellos que solo quieren fomentar el miedo, debemos preguntarnos si estamos
dispuestos a pagar el costo. Una situación que parece tan lejana, tan
distante en solo minutos podría estar afectándolo a usted o a uno de sus seres
queridos.
Mientras tanto, advierte la ONU, más de 120.000 sirios han huido de sus casas desde principios del mes pasado. Eso amenaza con aumentar el éxodo rumbo a Europa o, en el peor de los casos, con provocar más muertes en los maltrechos campos de refugiados del norte de Siria, Líbano o Jordania. Durante el último invierno docenas de refugiados murieron por causas relacionadas con las bajas temperaturas, como hipotermia o fogatas descontroladas. “El horror se aparece allí de mil formas” (El Mundo).